domingo, 12 de junio de 2011

Vida, línea del tiempo


Por Nathan Francine:


La vida es una linea de tiempo con un punto de inicio y un final pero a lo largo de esta trayectoria pueden suceder muchas cosas. Todos tenemos una referencia de linea de tiempo personal sino nuesto cerebro no tendría una dirección y no podria funcionar y a diario estamos luchando para imaginar una linea de tiempo recta en constante movimiento y con un unico sentido hacia adelante.

Para muchos esta linea del tiempo puede ir avanzando muy rápido y para otros despacio pero es un misterio de la vida porque cada vez comprendemos menos la logica del tiempo incluso cuando eramos niños el tiempo se nos hacía eterno y poco a poco a tomado velocidad hasta un punto donde reaccionas y hasta piensas que te has saltado y has dado un paso gigante.

Otro misterio es si estamos viviendo exactamente el presente, muchos pueden estar pensando en el mañana, en el futuro, unicamente viven el dia de hoy con el proposito de lograr un objetivo del futuro y nunca sentirán lo que es el presente o en todo lo contrario que es vivir con recuerdos y sentimientos pasados.

Ahora uno de las mas grandes inquietudes y cuestionamientos que nos hacemos es si estamos viviendo en la linea de tiempo correcta o si nos hemos desviado y hemos tomado otro camino, lo que es seguro es que no podemos regresar a un punto anterior. La abstracción mas influyente que hace cambios rotundos en las lineas de tiempo es el amor desde personas que se sienten a gusto en una linea de tiempo hasta otras que han conseguido sentirse en una linea equivocada y frustración.

Quizás existan muchas lineas alternativas algunas con pocos cambios o todo lo contrario que sea una muy distinta, pero nunca sabremos si un pequeño cambio que pudo existir en un punto nos traerá muchos cambios a lo largo de toda la vida. Incluso pudo existir una pequeña perturbacion de un tercer elemento y se puede lograr el conocido "efecto mariposa" y quizás si tienes el privilegio de enterarte lo conocerás posiblemente en lo ultimo de esta linea.

Nosotros los humanos dependemos de un calendario donde muchos tienen ansias para que pasen los dias volando pero para apreciar la vida que nos ha dado Dios nos queda vivir cada día y disfrutarlo al máximo tratándo de dar lo máximo de nosotros.

Para terminar dejo una frase de Martin Luther King "Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy incluso, plantaría un árbol".

Por Nathan Francine.

jueves, 9 de junio de 2011

Lógica Números Arábigos Interesante

By Nathan Francine

Otra Fuente:

http://www.taringa.net/posts/imagenes/11031167/Logica-Numeros-Arabigos-Interesante.html

Los números que escribimos están compuestos por algoritmos, (1, 2, 3, 4, etc) llamados algoritmos arábigos, para distinguirlos de los llamados algoritmos romanos (I; II; III; IV; etc.).

Los árabes popularizaron estos algoritmos, pero su origen se remonta a los comerciantes fenicios que los usaban para contar y anotar su contabilidad comercial.

¿Tú te preguntaste alguna vez, el motivo por el cual 1 significa “uno”, 2 significa “dos”, 3 significa “3”…?

¿Cuál es la lógica que existe en los algoritmos arábigos?

Son Ángulos

Mira estos algoritmos escritos en su forma primitiva y compruébalo! …




Y el mas interesante, el cero:



By Nathan Francine




Voto Inteligente Guatemala 2011 by Nathan Francine

Por: Nathan Francine
En Guatemala este 2011 se realizarán las elecciones para elegir a nuestros gobernantes, en mi caso estando en España y por medio de las redes sociales puedo ver la inconformidad y la falta de esperanza que tienen todos los guatemaltecos en los políticos de nuestro país.
Cada 4 años para muchos se repite la historia al elegir a nuestros mandatarios incluso pensamos en votar por el menos malo o incluso un voto nulo que no beneficie a nadie, solo lo hacemos por la obligación cívica como buenos guatemaltecos.
He encontrado esta información y análisis que me parece muy interesante, nosotros como buenos ciudadanos queremos hacer la mejor elección y por consecuente una mejora para nuestro país, por lo tanto les comparto estas diferentes situaciones en el sistema de elecciones de Guatemala que consta de 2 rondas.

Problema 1: «Yo votaré en blanco/nulo».

Para el cálculo de sufragios para la Presidencia de la República, los votos blancos/nulos no cuentan para el cómputo final (Art. 201, Ley Electoral), por lo que, matemáticamente, son un total y absoluto desperdicio: no sólo son una manifestación estéril de inconformidad (no pasan de ser anécdota), sino que no impiden que los candidatos «malos» accedan a segunda vuelta, o peor aun: que uno de ellos gane de una vez en la primera.

Ejemplo:

Sobre una base de 100 votos brutos, imaginemos que, al final del escrutinio de la primera vuelta, el resultado es éste:

Candidato A: 48 votos.
Candidato B: 22 votos.
Candidato C: 10
Candidato D: 10
Votos blancos y nulos: 10.
Total de votos: 100. 90 válidos y 10 nulos/blancos.

Muchos pensarán así: «voté en blanco e hice saber mi inconformidad; además, esos 48 de A no le alcanzan para ser Presidente. Tiene que haber segunda vuelta».

Luego, en la noche, mira los resultados y nos sorprendemos: el candidato A obtuvo, en efecto, 48 votos, que, sobre una base de 100, parecerían menos de los requeridos para ganar en primera vuelta (se necesita más del 50%). Pero esto no es así, pues los votos nulos/blancos no son tomados en cuenta para el cómputo de votos; por tanto, los 48 votos del candidato A no representan el 48%, sino el 53,33 %, ya que los porcentajes asignados a cada candidato se calcularán sobre la base de 90 votos (válidos) y no sobre 100 (totales). Los diez votos nulos/blancos son un total y absoluto desperdicio.

Y eso es en la primera vuelta. En la segunda es todavía más triste:

Supongamos el siguiente escenario:

Toda la buena voluntad de la gente que sí votó responsablemente no fue suficiente para evitar el yerro colectivo, y la masa inocente acabó ungiendo a A y a B para una segunda vuelta. Tocará a los buenos ciudadanos, pues, elegir entre el Sida y el Cáncer (como diría Vargas Llosa).

Imaginemos que, al final del escrutinio de la segunda vuelta, el resultado es este:

Candidato A: 4 votos.
Candidato B: 5 votos.
Nulos/Blanco: 91 votos.

Nueve de cada diez personas votaron en blanco/nulo para manifestar su inconformidad con los candidatos elegidos para disputar la segunda vuelta. ¡Nueve de cada diez! Y yo les pregunto: ¿sirvió de algo?

¿El candidato Blanco/Nulo será nuestro nuevo Presidente? No.

El candidato Blanco/Nulo habrá sido quizás el individuo más votado en la Historia de la República, pero ni aun el clamor popular puede investirlo con la Primera Magistratura de la Nación.

Con apenas el 5% de los votos totales, el candidato vencedor, señores, es B. De 100 emitidos, sus «miserables» 5 votos representan el 55,55% de los votos válidos, es decir, más de la mitad, y se ha convertido con ello en el nuevo Presidente de la República de Guatemala. Tan sencillo como eso.

Los 91 votos nulos/blancos no sirven para nada. Son, literalmente, un papel arrojado a la basura.

No es que el voto en blanco sea siempre un ejercicio inútil. En naciones educadas, el voto blanco masivo es una muestra estoica de la inconformidad ciudadana. Pero Guatemala no está para eso en este momento: la Nación está en uno de los períodos más negros de su historia, y el voto blanco/nulo sólo facilitará el cataclismo.
Problema 2: «Yo voto por el menos malo (en primera vuelta)».

Supongamos que buena parte de la Nación sabe perfectamente que es peligroso que gane el candidato B (es un supuesto), y que también hay una buena parte a la que tampoco le gusta el candidato A.

Si preferimos a C y D por sobre A y B, ¿por qué votar por A? No existe literalmente ni un solo argumento, ni lógico, ni matemático, para hacer tal cosa. No necesariamente se debe votar por A para que B no gane; y esto es así porque en la contienda hay más de dos candidatos.

A pesar de que el escenario de «simpatía» no es tan malo para C y D, la cultura ciudadana es muy pobre, y la gente tiende a ser «pragmática», según ella, y razona así: «A mí me gusta/convence el candidato C (o el D, o cualquier otro), pero si voto por él desperdiciaré el sufragio, porque la mayoría votará por A o por B. Entre A y B, el que menos me gusta es B, entonces, aunque tampoco me guste A, mejor votaré por él pues, votando por A, al menos me aseguro de que B no gane».

Este razonamiento es ERRÓNEO.

Veamos este ejemplo:

Tuvo lugar la primera vuelta el 11 de septiembre, y hubo 100 votos emitidos. El 10 de septiembre, millones de personas vieron esto, y entendieron que es inútil votar en blanco, pero siguieron aplicando la teoría del «menos malo» en primera vuelta.

La gente, fuertemente influenciada por Noti Pajas, votó así:

Candidato A: 40 votos
Candidato B: 20 votos
Candidato C: 15 votos
Candidato D: 15 votos.
Resto de candidatos: 5 votos.
Total: 100 votos.

C y D fuera de la segunda vuelta.

Pero, indagando con los vecinos, resulta que 15 de los 40 votos que tiene A eran en realidad de votantes que preferían a C y a D. Pero, entonces, ¿por qué los tiene A? La respuesta es bastante triste: 15 personas, atemorizadas, mal aconsejadas, creyeron que dando su voto a A evitarían que B ganara; cuando, en realidad, habría dado exactamente lo mismo que se lo dieran a sus candidatos originales: C y D.

¿Qué habría pasado, entonces, si toda la gente hubiese votado como habría querido, y no como pensó que sería «lo más práctico»?

El resultado habría sido muy distinto:

Candidato A: 25%.
Candidato B: 20%.
Candidato C: 23%.
Candidato D: 22%.
Resto de candidatos: 5%.
Total: 100%.

Hipotéticamente, habría sido un resultado mucho más reñido. Y podríamos haber evitado la catástrofe; pero nunca lo sabremos porque todos votaron por el menos malo (de los mayoritarios) en primera vuelta, sacando a los buenos/regulares de la contienda, y obligándonos a elegir, en segunda vuelta, entre «malo» y «pésimo».

Id y enseñad a todos esto: En la primera vuelta no se pierde ningún voto efectivamente sufragado. Las pérdidas provienen exclusivamente del abstencionismo y de los votos nulos/blancos.

Cuando se trata de evitar el arribo al poder de una persona indeseada, o peligrosa, matemáticamente da igual votar por uno u otro candidato en la primera vuelta (siempre que sea distinto al candidato no deseado). Cualquier voto, para cualquier candidato, resta posibilidades al indeseable, sin importar por quién se vote.

Cuando hay más de dos candidatos (primera vuelta), los únicos votos que aumentan o disminuyen el % del candidato no deseado son los de la gente que decide votar por el candidato no deseado, y nada más. A diferencia de la segunda vuelta, en la primera los % de todos los candidatos son independientes entre sí y no se afectan los unos a los otros.

Conclusiones:

I. En la primera vuelta, voten por el candidato de su preferencia, quienquiera que éste sea, pues todos los votos correctamente emitidos son válidos, indistintamente de a quién se lo adjudiquen. Siempre que haya más de dos candidatos, cualquier voto para cualquiera de ellos es útil para evitar que el candidato indeseable gane. Matemáticamente, ningún voto correctamente sufragado se pierde.

II. Los votos blancos/nulos (y los mal marcados —Art. 237, Ley Electoral—) no cuentan para el cómputo de votos. Los están arrojando a la basura. Y ojo con los mal marcados: por cualquier imperfección los descartan, y un voto que ustedes creían válido puede ser considerado nulo por la Junta Receptora de Votos.

III. Si toda la gente supiera cómo funcionan las matemáticas de la primera vuelta, miles de personas votarían por la persona en quien realmente creen, y no por el «menos malo», y muchos de los votos blancos/nulos de una primera vuelta tal vez serían para los candidatos buenos/regulares; provocando, quizás, que al menos uno de los candidatos «malos» no accediese a la segunda vuelta, pues uno «regular/bueno» ocuparía su lugar. Y a partir de allí otra historia sería…

IV. La «teoría del menos malo» sólo aplica en segunda vuelta (donde es necesaria), no en la primera (donde se arruina todo).

V. Del abstencionismo no hay mucho qué decir: la omisión del que no va a las urnas contribuye a que toda la masa inocente unja a personas peligrosas o incompetentes. La gente que no vota no tiene derecho de opinar, ni de quejarse durante 4 años de calamidad. Tan sencillo como eso.

Una útil comparación:

En el sistema mexicano sólo se vota una vez y basta con obtener la mayor cantidad de votos en esa única elección, sin que el % obtenido deba exceder una cifra específica. En el país de XY, las matemáticas de la Elección Presidencial son las de nuestra segunda vuelta, pero con todos los candidatos. ¿Cómo así?

Imaginen este escenario:

Presidencia de PAIS_EJEMPLO: julio de 2012. Hubo 100 votos totales. Y como ellos sí conocen su sistema, ninguno votó en blanco. Los resultados fueron estos:

Candidato A: 35 votos.
Candidato B: 25 votos.
Candidato C: 15 votos.
Candidato E: 15 votos.
Resto de candidatos: 10 votos.
Total: 100 votos. Todos válidos.

A y B obtuvieron la mayor cantidad de votos en la elección. ¿Segunda vuelta entre A y B? No. En México no hay segunda vuelta. Con apenas 35 votos, el candidato A se convierte en el próximo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Ahí sí aplica la teoría del menos malo, porque es a elección única, en una sola ronda. No hay margen para el error colectivo.

Para la elección de la Presidencia de la República, el sistema guatemalteco es mejor que el mexicano. Pero, entonces, ¿cuál es el problema en Guatemala? Dura es la respuesta, pero verídica: la gente vota con los pies.

La enorme masa votante se deja influenciar por lo que dice la muchedumbre; mientras los estratos «educados» votan con más temor que convencimiento. En suma, todos se dejan guiar por algunos medios de comunicación, o por la descomunal maquinaria propagandística de los que pueden pagar más... Peor aún: ni siquiera los instruidos conocen la Constitución, ni la Ley Electoral, ni las reglas más elementales de la estadística electoral... y así, un largo etcétera.

«No queremos arruinarla una vez más. ¿Qué es lo que debemos hacer? »

Los dictados del sano criterio establecen:

Primera vuelta: Voten por quien verdaderamente los convenza, y voten bien. No voten en blanco/nulo. Y tampoco voten por el menos malo de los aparentemente «mayoritarios» (a menos que sí quieran votar por ellos; libre albedrío, y todo el mundo tiene el derecho de cometer sus propios errores.).

Segunda vuelta: Si ni aún votando correctamente en primera vuelta pudimos evitar que Cáncer y Sida pasaran a la segunda, pues voten por Cáncer: la quimioterapia existe. Depende de nosotros aplicarla, o al menos no dejar en paz al maldito cáncer para que no se expanda por todo el cuerpo del Estado durante los próximos cuatro años. Y, por favor,tampoco voten blanco/nulo en la segunda vuelta; pues no sea que en el juego de las proporciones acabemos beneficiando a Sida, y habremos arruinado todo: apaguemos la luz y larguémonos. Todo se habrá ido a la ruina.

¿Ningún candidato les agrada? Qué bueno. Son ciudadanos exigentes. Pero, yo les pregunto, ¿permitirán que una horda de inocentes/manipulados elija por ustedes?

Estamos lejos de encontrar un manantial de sabiduría política entre los que buscan cargos públicos, cierto. Y más específicamente, en la probable segunda vuelta: ¿qué es peor, el barro o el estiércol? Vayan y escojan, por lo menos, el barro. Esperemos que se seque pronto y que podamos sacudírnoslo en cuatro años, que ojalá transcurran pronto.

Pero si ni siquiera hacen eso, y permiten que el estiércol nos invada por todas partes, secuestrando nuestras instituciones y conduciéndonos directamente al colapso, no tienen derecho a quejarse si todo se va al demonio y la Nación enfila directo al abismo. Luego no lloren como niños en los foros y tertulias lo que no pudieron defender como hombres en las urnas.

Piénsenlo.

Que viva la República de Guatemala.

Bonus: Artículo 237, Ley Constitucional Electoral y de Partidos Políticos: «[…] Será nulo todo voto que no esté marcado claramente con una «X», un círculo u otro signo adecuado, cuando el signo abarque más de una planilla […], o cuando la papeleta contenga modificaciones, expresiones, signos o figuras ajenas al proceso. También serán nulos los votos que no estén consignados en boletas legítimas, aquellos que pertenezcan a distrito electoral diferente o que no correspondan a la Junta Receptora de Votos de que se trate, así como aquellos votos que en cualquier forma revelen la identidad del votante».

POSTEADO POR: NATHAN FRANCINE SOTO MENDEZ

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Subido por Nathan Francine